Un mundo feliz, de Aldous Huxley nos retrotrae a una "sociedad perfecta", donde todo el mundo es continuamente feliz, pero... ¿a qué precio? Un mundo donde se condiciona desde niño a la clase social que correspondes, la cual es inducida según la genética de cada ser. La familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía han sido eliminadas. "Casualmente" coincide con las propuestas planteadas por Jacke Fresko y el Proyecto Venús (presentadas con gran belleza en Zeitgesit), donde encontramos los mismos planteamientos sobre la población controlada y limitada bajo condicionamientos supuestamente "favorables" para una sociedad en "armonía", para lo cual establecen que es necesario eliminar la diversidad de cultos, opiniones, libertad de expresión familia, es decir eliminar todo aquello que forma parte de una cultura para establecer una sociedad homogénea donde cometer alguna de las cosas ya nombradas representa una amenza para dicha "armonía" y por lo tanto un "desequilibrio", el cual deberá ser erradicado y eliminado...
Algunas frases de "Un Mundo Feliz":
"Porque los detalles, como todos sabemos, conducen a la virtud y la felicidad, en tanto que las generalidades son intelectualmente malos necesarios."
"Éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social."
"Las prímulas y los paisajes tienen un grave defecto: son gratuitos. El amor a la Naturaleza no da quehacer a las fábricas. Se decidió abolir el amor a la Naturaleza, al menos entre las castas más bajas; abolir el amor a la Naturaleza, pero no la tendencia a consumir transporte. Porque, desde luego, era esencial que siguieran deseando ir al campo aunque lo odiaran."
"No dejes para mañana la diversión que puedes tener hoy."
"La población óptima es la que se parece a los icebergs: ocho novenas partes por debajo de la flotación, y una novena parte por encima."
"Dicen que el temor a la muerte y a lo que sigue a la mueste es lo que indcue a los hombres a entregarse a la religión cuando envejecen. Pero mi propia experiencia me ha convencido de que, aparte tales terrores e imaginaciones, el sentimiento religioso tiende a desarrollarse a medida que la imaginación y los sentidos se excitan menos y son menos excitables."
"- Es que a mi me gustan los inconvenientes.
- A nosotros, no.
- Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, quiero peligro real, quiero libertad, quiero bondad, quiero pecado.
- En suma, usted reclama el derecho a ser desgraciado."
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