¿cómo podríamos medir nuestro
estatus como civilización?
Una de las maneras más fáciles de
responder a esta pregunta es formando una escala que nos permita medir
científicamente nuestras habilidades tecnológicas en comparación con nuestras
posibilidades tecnológicas. O en términos más sencillos, que nos permitan medir
nuestra genialidad con la genialidad total posible. Afortunadamente, hay varias
maneras de dirigir estas mediciones. Una de ellas es la “Escala de Kardashev”.
Esencialmente, para medir el
avance de una civilización (o cuán genial es), la escala de Kardashev se centra
en la cantidad de energía que dicha civilización utiliza. En teoría, ésta
cantidad de energía disponible para una civilización está conectada a la
extensión de la misma (si esta ocupa un planeta, una galaxia o un universo
entero).
En 1964, el astrofísico ruso
Nicolai Kardashev formuló, mientras buscaba signos de vida extraterrestre en
señales cósmicas, la teoría de que los avances tecnológicos de una civilización
corresponden a la cantidad de energía que es capaz de producir. Esencialmente,
el estatus de una cultura como conjunto, está unida a la energía, la cual a su
vez está unida a la tecnología. De esta manera, obtenemos tres niveles básicos
de nivel de disponibilidad: Tipo I (10^16W), Tipo II (10^26W) y tipo III
(10^36W). Más tarde, otros astrónomos extenderán la escala a Tipo IV (10^46W)y
Tipo V (la energía disponible a este tipo de civilización sería igual a toda la
energía disponible no sólo en nuestro universo, sino en todos los universos y
en todos los tiempos).
La escala tiene un número de
categorías (niveles de clasificación, o niveles de genialidad). En los últimos
años, los científicos han expandido esta escala para medir civilizaciones
hipotéticas: civilizaciones galácticas, intergalácticas y multiversales.
¿Estáis listos para descubrir
hacia dónde se dirige la humanidad?
- Tipo 0: Cultura Subglobal.
Ésta civilización extrae su
energía y materia prima de materia orgánica y recursos basados en ella como
madera, carbón y petróleo. Los cohetes utilizados por esta categoría serán
necesariamente propulsados por medios químicos. Como ésta forma de impulso es
ridículamente pequeña, una civilización a este nivel estará confinada a su
planeta de origen. Desafortunadamente, es donde nosotros nos encontramos. No
hemos logrado siquiera acercarnos a la tipo I. El famoso físico Michio Kaku
afirma que superaremos este periodo inicial como civilización en un periodo de
100 a 200 años.
Tipo I: Cultura Planetaria.
Ésta es una especie capaz de
consumir toda la energía producida en su sistema originario, recolectándola y
almacenándola para responder a la demanda de su siempre creciente población.
Esto significa que necesitaríamos aumentar nuestra producción 100.000 veces
para alcanzar este estatus. De todas formas, ser capaz de consumir toda la
energía de la tierra significaría tener control sobre las fuerzas de la
naturaleza. ¡La raza humana sería capaz de tener la meteorología, los volcanes
e incluso los terremotos bajo su voluntad! Al menos esa es la idea. Éste tipo
de capacidades son algo difíciles de imaginar, pero comparadas con los avances
aún por venir son tan sólo niveles de control primitivos, nada en comparación
con las capacidades de sociedades de mayor nivel.
Tipo II: Cultura Estelar.
Ésta podrá consumir la energía de
una estrella al completo, no únicamente transformando su luz en energía, sino
controlando el astro. Se han propuesto varios métodos para éste propósito,
siendo el más popular la Esfera Hipotética de Dyson. Éste dispositivo, por
llamarlo así, abarcará hasta la última pulgada de la estrella, recolectando la
mayoría, si no toda, su energía y transfiriéndola a un planeta para su uso
posterior. Otra alternativa podría ser la fusión (el mecanismo que alimenta una
estrella), si es que la raza ha aprendido cómo controlarla: un reactor a grandísima
escala podría utilizarse para satisfacer sus necesidades. Las gigantes gaseosas
cercanas se utilizarán para recolectar hidrógeno, drenando lentamente su vida
mientras un reactor orbita alrededor.
¿Qué significa ésta cantidad de
energía para una especie? Nada conocido podría destruir ésta civilización del
Tipo II. Por ejemplo, si los humanos sobrevivieran lo suficiente para alcanzar
este estatus y un objeto del tamaño de la luna entrase nuestro sistema solar y
amenazara con colisionar con nuestro pequeño planeta azul, tendríamos la
capacidad de vaporizarlo. Ó, si tuviéramos tiempo suficiente, podríamos cambiar
la trayectoria de la Tierra para esquivarlo. Pero digamos que no queremos mover
a la tierra… ¿Hay alguna otra opción? Sí la hay, porque tendríamos la capacidad
de, por ejemplo, mover Júpiter u otro planeta de nuestra elección en el camino.
Bastante útil ¿no? Ésta será también la etapa más parecida a lo que vemos
normalmente en la ciencia ficción, con una federación planetaria como en Star
Trek, o varias razas humanoides como en Mass Effect.
Tipo III: Cultura Galáctica.
Hasta ahora, la evolución ha
pasado de tener el control sobre el planeta hasta conseguir el de la estrella,
que ha resultado en la capacidad de albergar la suficiente energía como para
hacernos inmunes a la extinción. Ahora, con el Tipo III, donde la especie se
convierte en viajeros galácticos con conocimiento sobre absolutamente todo
sobre energía, nos convertimos en la raza predominante. En términos humanos,
cientos de miles de años de evolución –tanto biológica como mecánica y
tecnológica– desembocan en que los habitantes de ésta civilización Tipo III
sean increíblemente diferentes de los humanos que conocemos hoy en día.
Probablemente sean ciborgs (u organismos cibernéticos, con partes biológicas y
robóticas), con los descendientes de los humanos convencionales convertidos en
una subespecie dentro de esta sociedad altamente avanzada. Los humanos
completamente biológicos sean probablemente vistos como discapacitados, inferiores
o subevolucionados por sus competidores cibernéticos.
En este punto, habremos
desarrollado colonias de robots capaces de autoreplicarse: su población podrá
crecer en millones y se extenderán por toda la galaxia, colonizando una
estrella tras otra, además de ser capaces de evolucionar el modelo de la Esfera
de Dyson, encapsulando cada una de ellas y creando una gigantesca red que
llevará la energía a cada planeta. Pero no todo serán ventajas para los Tipo
III, ya que tendrán que enfrentarse con los límites que las propias leyes de la
física les impone. En especial, la velocidad de la luz. Esto significa que, a
no ser que desarrollen un Motor Deformador capaz o sean capaces de controlar
los agujeros de gusano (dos teorías que hoy en día son ciencia-ficción), sólo
podrían llegar hasta aquí.
Tipo IV: Cultura Universal.
Kardashev creía que una
civilización Tipo IV era demasiado avanzada y no fué más allá de la Tipo III en
su escala. Creyó que, probablemente, esa sería la capacidad máxima de expansión
de cualquier raza. Muchos piensan así, pero algunos piensan que un nivel
superior puede ser alcanzable (si es que existe un límite). Las civilizaciones
Tipo IV serán capaces de recolectar y utilizar toda la energía del universo y
con ello podrán acelerar su expansión o vivir dentro de agujeros negros
supermasivos. Estas capacidades, impensables hoy en día, deberán vivir un
desarrollo que incluirá el aprovechamiento de fuentes desconocidas de energía o
leyes de la física aún por descubrir.
Tipo V: Cultura Multiversal.
Si, la Tipo V podría ser la siguiente era para la civilización, donde los individuos serán dioses, poseyendo el conocimiento para manipular el cosmos a su antojo, pudiendo trascender su universo de origen.
Es algo descorazonador que no
hayamos alcanzado siquiera el Tipo I aún. Podríamos gritar algo alentador como
¡lo único que podemos hacer es ir hacia arriba! Aunque aún hay que tener en
cuenta que una gran catástrofe (ya sea humana o no) pueda enviarnos de vuelta a
la edad de piedra. Mientras tanto, deberíamos empezar con lo básico y más
evidente: preservar nuestro pequeño planeta, acabar con las guerras y promover
los avances y descubrimientos científicos que beneficien a la humanidad.
Reflexionemos un poco: preguntése
si las entidades interdimensionales o entes de los que siempre mensionamos en
este blog, podría estar dentro de una categoría quizas donde ya se halla
aprovechado los niveles mencionados, sin embargo ellos hallan descubierto o
quizas tengan la verdadera necesidad de colectar una energía totalmente
ignorada, la energía que posee nuestro espiritu o nuestra alma... ¿somos acaso
el alimento de entidades extradimensionales? podría esto darle un significado
más profundo al porqué se insiste tanto en practicar determinadas 'técnicas'
(mantras, kundalini, trances, etc) o propiciar 'rituales' (atentados,
sacrificios, guerras) o abducciones?, quizas exista algunos que hallan sabido
aprovechar la energía negativa que emanamos debido a nuestra falta de evolución
de conciencia, quizas estemos equivocados al suponer esto, pero siempre hay que
darnos el derecho de la duda... ¿por qué influir en la conciencia huamana y la mayoría de las
veces de manera negativa? (“Entidades multidimensionales podrían controlar la
conciencia humana”), en algunos casos, porque bien sabemos que no siempre ha
sido para mal, aunque son pocos, a lo largo de la historia de la humanidad han
aparecido personajes interesantes que parecieran salidos de otro mundo, que
promueven el amor como la máxima energía que atrae prosperidad y sanación,
¿podría ser el amor la energía más poderosa o universal? probablemente sí, pero
nuestra civilización esta pendiendo de un hilo tengamos o no la razón, creíamos
que la tecnología nos mejoraría como especie, sin embargo, el ego y la
estupidez son más grandes como para permitir que esta actue en nuestro favor de
manera sana, como para evitar que el planeta en que vivimos se convierta en
nuestra tumba como especie pensante...
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