Silenciados durante décadas, las
dificultades energéticas que sufre el planeta en el siglo XXI está reavivando
el interés, entre la propia comunidad científica, por los científicos
heterodoxos. La existencia del éter y de la energía “punto cero”,
antigravitatoria o el orgón sitúa el debate científico actual a un paso del
espiritual. Aunque en las diferentes tradiciones espirituales siempre se ha
creído en la existencia de esta energía ilimitada, Nikola Tesla fue el primer
científico moderno que formuló una teoría sobre ella; a finales del siglo XIX la
llamó “energía cósmica”. Y no se quedó ahí; incluso la llevó a la práctica. En
1931, el convertidor de energía de Nicola Tesla puso en funcionamiento un
lujoso coche, marca Arrow, llevándolo hasta alcanzar los 128 km/hora. Con
matices muy sutiles, la energía cósmica de Tesla ha sido rebautizada
posteriormente como “energía taquiónica”.
Durante el siglo XX, la física
cuántica volvió a emparentar a la ciencia con la alquimia. A la luz de
experimentos hoy asumidos por la ciencia oficial, muchos conceptos se están
redefiniendo, y otros, parecen difusos, por lo que nos movemos por terrenos
movedizos. ¿Se imaginan lo que sería nuestro mundo si pudiésemos tener energía
libre? SegúnNikola Tesla “La potencia
eléctrica está presente por todas partes de forma ilimitada y puede hacer
funcionar toda la maquinaria del mundo sin necesidad de carbón, petróleo, gas
ni ningún otro combustible”. Albert Einstein nos dice: “La mayoría de las ideas
fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y por regla general pueden
ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos”. Y Arthur C. Clarke
añade: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la
magia”. Ciencia y magia se confunden. La
ciencia ha creado complejas formulas matemáticas, vocabularios oscuros y cajas
negras para apartar al pueblo del poder de la tecnología.
La energía taquiónica alberga
similitudes con el “orgón” de Wilheim Reich. Ambas tienen connotaciones
místicas, aunque el orgón está más relacionada con la vibración. El orgón o
energía orgónica es una idea propuesta y promovida en la década de 1930 por el
psicoanalista Wilhelm Reich (1897-1957), que creó originalmente ese término
para describir una fuerza vital universal. La idea fue rápidamente
desacreditada y descartada, y el consenso actual de la comunidad científica es
que la teoría orgónica es un ejemplo de pseudociencia. Reich, originalmente
parte del círculo de Sigmund Freud en Viena, creía que el concepto de libido de
Freud tenía en realidad una base biológica, y desarrolló una práctica
terapéutica ostensiblemente diseñada para liberar esta energía corporal, debido
a que -de acuerdo a Freud- la salud mental dependía de un flujo libidinal sin
inhibiciones. Esta teoría biofísica eventualmente culminó en el desarrollo del concepto
de orgón (palabra derivada de la misma raíz que “organism” y “orgasmo”), que
según Reich era una substancia sin masa y omnipresente, similar al éter, pero
fuertemente asociada con la energía vital en lugar de la materia inerte.
La orgonita es una sustancia
compuesta por briznas de metal, cuarzo y resina de poliéster en proporciones
aproximadamente iguales, que ordenaría y potenciaría esa energía según las
tesis de Reich. El invento de la orgonita se atribuye al doctor Wilhelm Reich,
quien habría descubierto una energía vital (conceptualmente similar al prana,
qi, kundalini, etc. de diversas religiones y filosofías místicas orientales)
presente en todas partes, pero que puede ser básicamente positiva o negativa,
teniendo según esta polaridad efectos buenos o malos sobre los organismos
vivos. Según su teoría, la orgonita “ordena” esa energía provocando
consecuencias positivas en el entorno más inmediato. Existen diversos tipos de
comunidades alrededor de este tema, algunas pertenecen a creencias minoritarias
que emplean la orgonita como herramienta, otras buscan negocio con la venta de
dispositivos de orgón, pero ninguna ha demostrado científicamente ninguna de
las utilidades que le atribuyen a la orgonita. La orgonita y sus supuestos
beneficios entrarían pues en el campo de la pseudociencia, ya que no existen
estudios científicos fiables que lo puedan convertir en un campo científico
comprobable, y experimentado según el método científico.
El heterodoxo psicoanalista
alemán, otro de los innombrables de la ciencia oficial, conoció en vida las
mismas calamidades que otros heterodoxos como Tesla o Schumann. Su trabajo fue
censurado por un organismo tan ajeno a las cuestiones científicas como el FBI.
En esencia, los defensores de la energía “punto cero” argumentan, apoyándose en
los fundamentos de la física cuántica, que “el espacio no es vacío, sino que
está sumergido en un campo magnético muy concentrado, compuesto de partículas que
se mueven más rápidamente que la luz y que constituyen una fuente de energía
libre, situada fuera del campo electromagnético, independiente de la luz y el
sol”. La ciencia oficial, por su parte, replica que, tanto en el interior del
átomo como del cosmos, donde no hay materia (partículas, planetas o soles)
existe vacío, es decir, no hay nada, incluido energía. Sin embargo, los
experimentos con aceleradores de partículas y el descubrimiento de la
antimateria han tendido un puente entre ambas posturas, que el Zen ya anticipó al sostener que “la
naturaleza última es vacío” y “el todo está contenido en la nada”. Todo ello
desemboca en varias preguntas filosóficas que hoy día dividen a los propios
científicos: ¿el vacío es ausencia de materia pero también de energía?
En 1915 Reuters informó que
Nikola Tesla y Thomas Edison compartirían el Premio Nobel de Física de aquel
año. Numerosos medios informativos de todo el mundo publicaron esta noticia
como verdadera. Sin embargo, la distinción jamás fue recibida por ninguno de
estos dos científicos. Nadie conoce la verdadera historia, pero muchos creen
que Nikola Tesla se negó a aceptar el premio. Su trabajo fue aprovechado por
otros para generar fortunas; pero él vivió los últimos años de su vida en
extrema pobreza y murió sin reconocimiento alguno. Si es verdad que Tesla
rechazó el Premio Nobel, este hecho se debió seguramente a una cuestión de
principios. Desde la perspectiva de Tesla, Edison era un simple inventor que
desarrolló varios dispositivos científicos muy útiles. El se consideraba a sí
mismo un descubridor de nuevos principios científicos, y sólo incidentalmente,
un inventor. Según Tesla, un descubridor sobrepasaba en importancia a un
inventor. Otros creen que fue Edison el que rechazó el premio. Quizás era un
modo de manifestar su enojo por la renuncia de Tesla a la Compañía Edison y su
ingreso a Westinghouse, la empresa competidora.
¿Quién era este genio tan
admirado durante el siglo XIX? Nikola
Tesla nació en 1856 en el seno de una familia serbia que vivía en una ciudad
croata del sur del Imperio Austro-Húngaro. Su padre abandonó la carrera militar
para convertirse en sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Si bien su madre
no recibió educación formal alguna, era brillante y tenía una memoria
excepcional. Tesla siempre decía que su madre era la fuente de sus capacidades
intelectuales. Su materia favorita en la escuela eran las matemáticas. Si le
daban a resolver un problema, no necesitaba de una pizarra o una hoja de papel.
Tesla tenía la extraordinaria capacidad de registrar en su mente todos los
pasos necesarios para solucionar el problema, como si él mismo lo hubiese
inventado. Esta habilidad para resolver problemas matemáticos y visualizar
diseños de ingeniería le fue de gran utilidad en distintas etapas de su vida.
Nikola tenía una memoria prodigiosa y era un ávido lector. También aprendió
varios idiomas. Esto le permitió acceder a textos escritos en diversas lenguas.
Desde su más temprana edad, Tesla armaba complejos dispositivos mecánicos con
cualquier material que tuviera disponible.
Durante su juventud se dedicó tanto al estudio que su familia temió por su salud. Su padre advirtió que la ingeniería, disciplina que requiere años de intensos estudios, y a la cual aspiraba Nikola, podía comprometer su bienestar físico y mental. Intentó convencerlo, entonces, de que tomara los hábitos religiosos. A lo largo de su carrera Tesla padeció diversas enfermedades generadas por su extremada dedicación al trabajo. A pesar de su debilidad física y de haber contraído malaria, Nikola completó exitosamente la carrera de ingeniero. Fue durante este período que Tesla decidió dedicar su vida a la experimentación eléctrica. Al retornar a su hogar, sus padres le manifestaron su preocupación, ya que su salud aún era débil, e insistieron nuevamente para que siguiera una carrera religiosa. Enseguida, Nikola recibió otros contratiempos al contraer cólera y recibir la llamada a filas del ejército de su país. Tesla se desanimó hasta el punto de estar al borde de la muerte. Sabía que de sobrevivir al cólera, debía entrar en el ejército y luego continuar una carrera religiosa. Se desesperanzó y en su lecho de enfermo estaba todo el tiempo malhumorado. Al percibir su estado, su padre se arrepintió y le dio permiso para que siguiera la carrera de ingeniería eléctrica.
Mientras estaba en la Universidad, Tesla pensó que podría ser posible operar un motor eléctrico sin chispas. Pero el profesor le dijo que tal motor requeriría una perpetua moción, y por ello, era imposible. Tesla estaba determinado a probar que su profesor estaba equivocado. En ese tiempo (1889), a pesar de la mofas de los profesores, Tesla patentó el generador de corriente alterna. Durante esta década, investigó intensamente otros métodos de generación de energía, incluyendo un colector de partículas cargadas, patentado en 1891. Cuando el New York Times, en junio de 1902, publicó un artículo sobre un inventor que afirmaba que había inventado un generador eléctrico que no requería una fuente externa de combustible, Tesla le escribió a un amigo, que él ya había inventado tal dispositivo. Tesla pregonaba que la invención era un generador eléctrico que no consumiría ningún combustible. Tal generador sería su propio motor principal y era completamente imposible, según los científicos modernos.
Por otro lado en aquella
época todos “sabían” que una máquina más
pesada que el aire no podía volar. Violaría las leyes de la física. Esta era la
opinión aprendida de prácticamente todos los llamados expertos en la materia.
Por ejemplo, Simon Newcomb declaró en 1901: “La demostración que ninguna
combinación posible de sustancias conocidas, formas conocidas de máquinas y
formas conocidas de fuerza, pueden ser unidas en una máquina práctica por la
cual el hombre volaría largas distancias a través del aire”. Afortunadamente,
unas pocas personas, como los Hermanos Wright no aceptaron tales pronunciamientos.
Ahora aceptamos normalmente el vuelo de
objetos más pesado que el aire. Ahora, físicos y otros científicos están
diciendo cosas similares en contra de la idea de las tecnologías de energía
libre. Utilizan términos negativos, tales como pseudociencia y moción perpetua.
Y citan leyes físicas que aseveran que la energía no puede ser creada o
destruida (1ª ley de la termodinámica), y hay siempre una disminución de la
energía útil (2ª ley de la termodinámica). Las invenciones de energía libre son
dispositivos que pueden captar un ilimitado suministro de energía del universo,
sin quemar ninguna clase de combustible, creando la solución perfecta a la
crisis mundial de energía y su contaminación asociada, degradación y
destrucción del medio ambiente.
Al contrario de los dispositivos
solares o de viento, los dispositivos de energía libre necesitan poca o ninguna
capacidad de almacenamiento de energía, porque pueden captar tanta energía como
se necesite y cuando se necesite. Apropiadamente diseñados, los dispositivos de
energía libre no tienen ninguna clase de limitaciones. En el periódico Brooklin
Eagle, Tesla anunció, el 10 de Julio de 1931 que: “Yo he atrapado los rayos
cósmicos y los he hecho operar un dispositivo de movimiento“. Qué son los rayos
cósmicos? Nuestro planeta recibe
constantemente una lluvia de partículas cargadas. Cada segundo 1000 partículas
por metro cuadrado golpean las capas más exteriores de la atmósfera terrestre.
Este flujo de partículas (llamado rayos cósmicos), proveniente en su mayoría de
nuestra Galaxia, y consisten en un 90% de protones, 9% partículas alfa y el
resto son núcleos más pesados que el hidrógeno. Desde épocas muy remotas, los
astrónomos han observado la aparición repentina de estrellas en lugares donde
antes no se veía ningún objeto astronómico. Estas estrellas nuevas o
supernovas, se producen en una explosión termonuclear que proyecta una gran
cantidad de partículas energéticas en el espacio interestelar. La fuente más
importante de rayos cósmicos son las supernovas en nuestra galaxia.
El viento solar también
contribuye al flujo de partículas que llegan a la Tierra. Cada segundo, el Sol
emite un promedio de 300 mil toneladas de materia en forma de gas ionizado que
sopla como un viento en una región que cubre todo el sistema solar. En
cercanías de la Tierra el viento solar consiste de un flujo de 100 millones de
protones y electrones por centímetro cuadrado cada segundo. La existencia del
viento solar fue predicha en 1958 por las teorías del físico Eugene Parker de
la Universidad de Chicago y fue directamente observado en 1961 por los
detectores de la sonda espacial Explorer 10. Las partículas de mayor energía en
los rayos cósmicos se originan en otras galaxias. Además de las supernovas, en
una galaxia existen otras fuentes de partículas energéticas, tales como los
agujeros negros, las estrellas pulsares y los núcleos galácticos activos. Los
rayos cósmicos primarios que golpean las capas más externas de la atmósfera,
sufren colisiones con los núcleos que allí se encuentran.
De estas colisiones resultan
lluvias de nuevas partículas elementales de todo tipo (como electrones,
positrones, mesones pi, muones, etc) que eventualmente llegan a la superficie.
Esta lluvia de rayos cósmicos secundarios puede alcanzar una extensión de varios
kilómetros cuadrados. Los rayos cósmicos no se propagan en línea recta. Debido
a que estos poseen carga eléctrica sus trayectorias son afectadas por el campo
magnético terrestre. Una partícula cargada viajando en un campo magnético sigue
una trayectoria curva o en forma de hélice. Los rayos cósmicos con energías
dentro de un rango determinado quedan atrapados por el campo magnético,
moviéndose en trayectorias en forma de hélice, en una región llamada cinturones
de Van Allen, en honor de James Van Allen quien los descubrió en 1958. El
confinamiento de partículas cargadas en regiones determinadas da origen a la
emisión de luz en la atmósfera polar cuando éstas chocan con moléculas de aire.
La luz así emitida generan las espectaculares aurora boreal o aurora austral.
Más tarde en el mismo artículo,
Tesla dijo: “Hace más de 25 años, yo comencé con mis esfuerzos para atrapar los
rayos cósmicos, y ahora puedo afirmar que he tenido éxito”. En 1933 hizo la
misma afirmación en un artículo para el periódico New York American, bajo el
título: Dispositivo para Atrapar la Energía Cósmica. En dicho artículo, Tesla
afirmaba: “Esta nueva energía para conducir la maquinaria del mundo será
derivada de la energía que opera el universo, la energía cósmica, cuya fuente
central para la tierra es el sol, el cual está por todas partes presente, en
cantidades ilimitadas”. Esto significaría que el dispositivo del que Tesla
hablaba se debía haber construido antes de 1908. Casi con toda seguridad, la
idea se le había ocurrido a Tesla años antes.
Una información más exacta está disponible a partir de su
correspondencia, ahora en la Biblioteca de la Universidad de Columbia.
El 10 de junio de 1902, en una
carta a su amigo Robert U. Johnson, editor de Century Magazine, Tesla incluyó
un recorte de New York Herald del día anterior, en que hablaba de Clemente
Figueras, un ingeniero experto en maderas y bosques, de las Islas Canarias, que
inventó un dispositivo para generar electricidad sin quemar combustible. Lo que
sucedió con Figueras y su generador sin combustible no se sabe, pero su anuncio
en el periódico impresionó a Tesla, que en su carta a Johnson afirmaba que él
ya había desarrollado tal dispositivo y revelado las leyes físicas subyacentes.
Otras patentes estadounidenses, que
habían sido archivadas, informaban de motores que operan exclusivamente
con energía continua, aparentemente usando energía que circula a través del
campo magnético de la tierra. Requieren una red de retroalimentación para poder
ser operativos. Otra patente, descrita en la revista Ciencia y Mecánicas, en la
primavera de 1980) requiere imanes especiales, pero no requiere ninguna
retroalimentación. Tal motor podría operar un generador eléctrico o una bomba
de calor reversible en cualquier hogar, todo el año y gratis.
Según Oliver Nichelson, quien ha hecho estudios extensivos de Tesla y sus máquinas de energía libre, dice que el dispositivo que, en principio, parece encajar mejor con las afirmaciones de Tesla, se encuentra en su patente para un “Aparato para Utilización de Energía Radiante”, nº 685,957, que fue solicitada el 21 de marzo de 1901, y concedida el 5 de noviembre de 1901. El concepto detrás del lenguaje técnico es aparentemente simple: una plancha aislada de metal es puesta lo más alto posible en el aire. Otra plancha de metal es puesta en el suelo. Un alambre va desde la placa de metal, a un lado del condensador y un segundo alambre va desde la plancha en el suelo hacia el otro lado del condensador. Partículas minúsculas de materia electrificada positivamente actúan sobre la plancha superior, transfiriendo continuamente una carga eléctrica a la misma. El terminal opuesto del condensador, conectado al suelo, puede ser considerado como un inmenso almacén de electricidad negativa. Una débil corriente fluye continuamente en el condensador y ya que las partículas se cargan a un potencial muy alto, esta carga del condensador puede continuar casi indefinidamente.
Ahora llamaríamos a este dispositivo un panel solar-eléctrico. Aunque la invención de Tesla es muy diferente, lo más cercano en tecnología convencional es el foto-voltaje. Una diferencia radical es que los paneles solar-eléctricos convencionales tienen un substrato cubierto con silicón cristalino, mientras que el de Tesla usa silicón amorfo. Los paneles solares convencionales son caros. Pero el panel solar de Tesla es solo una plancha brillante de metal con un recubrimiento transparente de un material aislante. Se consigue que la energía solar cargue este condensador. Conectando alguna especie de dispositivo interruptor, para que pueda ser descargado a intervalos, ya se tendría una salida eléctrica. La patente de Tesla nos dice que es muy simple conseguir energía eléctrica. Mientras más grande sea el área de la plancha aislada, más energía se consigue. No obstante, esto es más que un panel solar, porque no necesariamente necesita luz solar para operar. También produce energía por la noche. Por supuesto, esto es imposible, según la ciencia oficial. Por esta razón, no se puede conseguir una patente de tal invento actualmente. El receptor de energía libre de Tesla se refiere al sol, así como a otras fuentes de energía, como los rayos cósmicos. El dispositivo funciona por la noche debido a la disponibilidad de rayos cósmicos durante la noche. Tesla también se refiera al suelo como un inmenso almacén de electricidad negativa.
Tesla estaba fascinado por la energía radiante y sus posibilidades como energía libre. El llamó al radiómetro de Crooke un bellísimo invento. El radiómetro de Crookes o molinillo de luz (light-mill) es un dispositivo inventado en 1873 por el químico Sir William Crookes. Consiste en cuatro brazos que sostienen cada uno un álabe o placa en sus extremos, pintados de blanco de un lado y de negro del otro. Los cuatro brazos que soportan las placas están suspendidos en una aguja y sostenidos por un eje de vidrio para disminuir en lo posible la fricción. Este molinito se encuentra dentro de una esfera de vidrio sellada y en la que se ha realizado un vacío no total. Los álabes rotan al ser expuestos a luz, siendo más rápido el giro cuanto más intensa es la luz incidente. Eso proporciona una medida cuantitativa de la intensidad de la radiación electromagnética. La explicación de la rotación de este dispositivo ha sido históricamente el motivo de mucha controversia científica. Crookes tuvo la idea a raíz de algunas investigaciones químicas que realizaba. En el curso de experimentos químicos que exigían medidas cuantitativas muy precisas, se hallaba pesando muestras en una cámara a vacío parcial, con el objeto de reducir el efecto de las corrientes de aire. De pronto, notó que el valor de las pesadas era perturbado cuando sobre la balanza incidía luz solar. Investigando ese efecto, creó el dispositivo que lleva su nombre. Todavía se fabrican y venden radiómetros de Crookes con propósitos recreativos o didácticos.
Tesla creía que se volvería
posible atrapar energía directamente conectándose a la misma rueda de la
naturaleza. Este parece un diseño que parecería cumplir con su afirmación de
haber desarrollado un generador sin combustible, energizado por los rayos cósmicos.
Pero, en 1900, Tesla escribió su artículo más importante, que describe como una
máquina auto-activante que hallaría energía en el medio ambiente, un generador
sin combustible diferente de su Dispositivo de Energía Radiante. El artículo
“El Problema de Incrementar la Energía Humana – A Través del Uso del Sol”, fue
publicado por su amigo, Robert Johnson en la revista mensual El Siglo (The
Century), en su edición de junio de 1900. El título del capítulo en donde el
discute su dispositivo es “Una Salida de Métodos Conocidos – Posibilidad de una
Máquina o Motor “Automático” inanimada”. Tesla afirmó que comenzó a pensar
acerca de la idea cuando leyó una declaración hecha por Lord Kelvin, quien dijo
que era imposible construir un mecanismo capaz de abstraer calor del medio
circundante y operar por este calor. Tesla tuvo la visión de un paquete muy
largo de barras de metal, extendiéndose desde la Tierra al espacio exterior.
La tierra es más cálida que el
espacio exterior, por lo cual el calor sería conducido por las barras a lo
largo como una corriente eléctrica. Entonces, todo lo que sería necesario sería
un cable de energía muy largo que conectara los dos extremos de las barras de
metal a un motor. El motor continuaría funcionando hasta que la tierra se enfriase
a la temperatura del espacio exterior. Por supuesto, ahora no necesitaríamos un
cable de energía para conectar los dos extremos, ya que servirían las
microondas. Este sería un motor que estaría enfriando una porción del medio,
por debajo de la temperatura del entorno. Y sería operado por el calor
abstraído. Es decir, produciría energía directamente del ambiente, sin consumir
ningún material. Tesla continúa describiendo cómo trabajó en el desarrollo de
tal dispositivo de energía. Comenzó a pensar sobre derivar energía directamente
del ambiente cuando estuvo en París, durante 1883. Pero fue incapaz de hacer
avanzar la idea durante varios años, debido a la salida comercial de sus
generadores de corriente alterna y motores. No fue hasta 1889 cuando, de nuevo,
tomó la idea de la máquina automática.
En 1893, Tesla obtuvo una patente
de una bobina eléctrica (“Bobina para electro-imanes”) que era la candidata
ideal para ser un extractor de energía no-mecánico. Es un curioso diseño, nada
parecido a una bobina ordinaria, que se hace mediante un alambre que se dobla
en forma de tubo. El de Tesla utiliza dos alambres puestos uno al lado del
otro, pero con el extremo del primero conectado al comienzo del segundo. En la
patente, Tesla explica que esta doble bobina almacenará muchas veces la energía
de una bobina convencional. La patente, sin embargo, no da pista de lo que
puede haber sido su capacidad. En un artículo para la Revista Century Magazine,
Tesla compara la energía extraída del ambiente al trabajo de otros científicos
que estaban intentando condensar los gases atmosféricos en líquidos. En
particular citó el trabajo del Dr. Karl
Linde, que descubrió lo que Tesla describió como un método auto-enfriador para
licuar el aire. Como dijo Tesla, “Esta es la única prueba experimental que yo
estaba todavía queriendo, que la energía era obtenible del medio, del modo
contemplado por mí”.
Lo que vincula el trabajo de
Linde con la bobina electromagnética de Tesla es que ambas usaban un doble
camino para el material con el que trabajaban. Linde tenía un compresor para
bombear el aire a una alta presión, dejar que la presión cayera, conducirlo a
través del tubo y, luego, usar ese aire enfriado para reducir la temperatura
del aire entrante, haciéndolo viajar de regreso hacia arriba por el primer tubo
y, luego, a través de un segundo tubo envolviendo al primero. El aire ya
enfriado es agregado al proceso de enfriamiento de la máquina y, rápidamente,
condensa el gas en líquido. El intento de Tesla era condensar la energía atrapada
entre la tierra y su atmósfera más alta, y convertirla a corriente eléctrica.
El visualizaba al sol como una inmensa bola de electricidad, positivamente
cargada con un potencial de unos 200 billones de voltios. La Tierra, por otra
parte, está cargada con electricidad negativa. La enorme diferencia de
potencial eléctrico entre estos dos cuerpos constituía, por lo menos en parte,
lo que Tesla llamaba energía cósmica. Variaba de noche a día y de estación en
estación, pero estaba siempre presente.
Las patentes de Tesla para
generadores eléctricos y motores fueron concedidas a finales de 1880. Durante
la década de 1890, la gran industria de energía eléctrica, como Westinghouse y
General Electric, entraron en acción. Con decenas de millones de dólares invertidos
en plantas y equipo, la industria no estaba para abandonar una tecnología tan
provechosa por otra más nueva. Tesla vio que los beneficios podrían hacerse con
el generador automático. Pero las industrias dominantes vieron el impacto
negativo que tendría el dispositivo en su propia evolución tecnológica de
finales del siglo XIX. Al final de este artículo en el Century, Tesla escribió:
“Trabajé durante mucho tiempo totalmente convencido que la realización práctica
del método de obtener energía libre del sol sería de incalculable valor
industrial”. Años más tarde, en 1933, hay una entrevista con Tesla bajo el
titulo:”Tesla atrapa Energía Cósmica”. En ella le preguntaban si la repentina
introducción de su principio trastornaría el presente sistema económico, a lo
que el Dr. Tesla respondió: “Ya está gravemente trastornado”. Y agregó: “Ahora
más que nunca está el tiempo maduro para el desarrollo de nuevas tecnologías“.
En una conferencia de prensa para
celebrar sus 76 años, Tesla anunció que había inventado un motor de rayos
cósmicos. Cuando le preguntaron si era mucho más poderoso que el radiómetro de
Crooke, Tesla contestó, “Miles de veces más poderoso”. Tesla afirmaba que del
potencial eléctrico que existe entre la plancha elevada (positiva) y el suelo (negativa),
la energía se generaba en el condensador. Y, después de un intervalo
conveniente de tiempo, la energía acumulada producía una poderosa descarga.
Desafortunadamente, esta invención, como muchas otras que Tesla efectúo hacia
el final de su vida, supuestamente nunca se mostró. Por lo menos nunca fue
mostrada en público. Cuando murió, había el equivalente de la carga de un vagón
entero de ferrocarril lleno de materiales de Tesla confiscados por el
gobierno.
Desde 1942 hasta 1945, durante
la llegada de los científicos nazis y de
los archivos secretos de guerra de la Alemania Nazi, obtenidos mediante la
Operación Paperclip, oficiales de la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson
tomaron posesión de todos los documentos y otros materiales de Tesla, que fueron
clasificados como secretos del más alto nivel. El resto de los documentos de
Tesla en manos del gobierno todavía están clasificados como secretos. Hay
literalmente toneladas de notas, documentos, dibujos y planos, así como más de
veinte cajas de material de Tesla, todavía no encontrado. El gobierno
distribuyó falsos rumores que Tesla nunca mantuvo notas, lo cual es mentira.
Actualmente no hay manera de
saber si el motor de rayos cósmicos de Tesla es operativo o no. Sin embargo,
evidencias encontradas en los diarios perdidos de Tesla parecen indicar que la
energía libre es posible. Y, dentro del marco de trabajo de la ciencia
conocida. Richard Scott McKie diseñó y probó en 1991 un pequeño modelo de un
Módulo de Energía. El esquema se basa en las teorías de Tesla sobre el flujo de
electrones, resonancia y magnetismo, combinados con modernas teorías sobre
electrónica de alta frecuencia y antenas de radio para generar energía
directamente, sin la ineficiente conversión de energía de otras fuentes. Tesla
aplicó el conocimiento obtenido en sus experimentos en Colorado, en la
construcción del Wardenclyfrfe, en lo que ahora es Shoreham, Long Island,
precursor de un Centro Mundial de Telegrafía. Tesla tuvo la visión de no
utilizarlo solo para la difusión de noticias y transmisión de mensajes
personales codificados, sino también como un código de tiempo universal y la
transmisión inalámbrica de electricidad.
Patrick G. Bailey, Ph.D., en su
“Repaso de Energía de Punto Cero y Teoría de la Energía Libre, Progreso y Dispositivos”,
escribe que el estudio del campo de la energía libre se solapa con un gran
número de otras áreas de ciencia y tecnología que no son bien entendidas.
Bailey cree que investigaciones en estas áreas descubren importante información
y datos que pueden relacionarse a varias preguntas que ocurren en el estudio de
la energía libre. El Dr. Gary Johnson, profesor y miembro fundador de IEEE,
recientemente publicó una corta revisión de los investigadores en esta área, en
una notable publicación técnica estadounidense, y concluyó su reporte de cuatro
páginas con la siguiente declaración: “Hay mucho ruido en la literatura.
Algunos conceptos son obviamente absurdos. Otros probarán estar en error. Pero
¿hay alguna señal en todo ese ruido? Si la hay, Tesla, Moray y Bearden están en
lo correcto. La rentabilidad potencial es enorme, por lo que la búsqueda deberá
ser continuada si hay alguna oportunidad de éxito”. ¿Existe una conspiración
para suprimir los dispositivos de energía libre, como lo sufrió Tesla con su
receptor de energía libre? Creemos que existe una red de grupos de interés que
se oponen a su despliegue. Ken MacNeill publicó en 1983 un artículo muy
perturbador en que señalaba que se han hecho desaparecer más de 3.000 patentes.
A este respecto debemos mencionar
dos acontecimientos históricos con respecto a la posible obstrucción para la
comercialización de dispositivos de energía libre. Son los Dispositivos de
sobre-unidad, de T. Henry Moray, y el
Motor Hindershot. Ambos dispositivos fueron públicamente mostrados a la prensa
estadounidense en los años 30 (del siglo XX), y se hicieron pruebas para
demostrar estos dispositivos. De los informes y reportes de la prensa, parece
que ambos dispositivos pasaron todas las pruebas, pero solo para luego caer en
el olvido. ¿Qué pasó con estos dispositivos, sus inventores y su tecnología?
También parece que los secretos de estos dispositivos murieron con sus
inventores. Toby Grotz ha presentado sus teoría y resultados sobre el Proyecto
Tesla para determinar si la Cavidad electroestática (atmosférica) de Schumann
puede ser resonada, si la energía que es suministrada por la cavidad se propaga
con muy poca pérdida, y si la energía podría ser extraída de otras ubicaciones
dentro de la cavidad. La resonancia Schumann es un conjunto de picos en la
banda de frecuencia extremadamente baja (ELF) del espectro radioeléctrico de la
Tierra.
Esto es porque el espacio entre
la superficie terrestre y la ionosfera actúa como una guía de onda. Las
dimensiones limitadas terrestres provocan que esta guía de onda actúe como
cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda ELF. La cavidad
es excitada en forma natural por los relámpagos, y también, dado que su séptimo
sobretono se ubica aproximadamente en 60 Hz, influyen las redes de transmisión
eléctrica de los territorios en que se emplea corriente alterna de esa
frecuencia. La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta,
de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Los
sobretonos detectables se extienden hasta el rango de kilohercios. Este
fenómeno se llama así en honor de Winfried Otto Schumann, que predijo
matemáticamente su existencia en 1952, a pesar de ser observada por primera vez
por Nikola Tesla y formar la base de su esquema para transmisión de energía y
comunicaciones inalámbricas. La primera representación espectral de este
fenómeno fue preparado por Balser y Wagner en 1960.
La diferencia de potencial entre
el ionosfera y la de la Tierra se mantiene por la acción de bombeo de las
descargas de los rayos de las tormentas. En la cavidad ionosfera-Tierra, el
campo eléctrico y la conducción de la corriente en la atmósfera inferior están
controladas principalmente por iones. Los iones tienen parámetros característicos
tales como la movilidad, el tiempo de vida, y la tasa de generación que varían
con la altitud. El Resonancia Schumann es un conjunto de picos espectrales en
la parte de ELF del espectro del campo electromagnético de la Tierra. La
resonancia Schumann se debe a que el espacio entre la superficie de la Tierra y
la ionosfera conductora actúa como una guía de ondas. Las reducidas dimensiones
de la tierra causan que esta guía de ondas actúe como una cavidad resonante
para las ondas electromagnéticas. La cavidad es, naturalmente, excitada por la
energía de los rayos.
Un análisis teórico del
misterioso “Rayo de la Muerte” de Tesla fue también presentado por Toby Grotz
(1991). Examinando cuidadosamente expedientes históricos, este diseño de 1937
fue probablemente el primer intento de construir un dispositivo de rayo de
partículas de alto voltaje. Una esfera de metal, de cinco metros de diámetro,
cargada a 60 millones de voltios podría proyectar un rayo de partícula cargado
con alta energía hasta 60 kilómetros a través del aire en una dirección dada.
En 1991, Oliver Nichelson resumió dos de los más tardíos diseños de Tesla,
incluyendo un diseño de un Dínamo Unipolar en forma de turbina para una máquina
que puede continuar produciendo electricidad después de haber sido desconectada
de una fuente externa de energía. Este papel es también importante porque
también describe la “Bobina de Tesla para Electro-Magnéticas” patentada en
1893. A principios del siglo XX, el Dr. Thomas Henry Moray, de Salt Lake City,
produjo su primer dispositivo para obtener energía de las oscilaciones de
meta-frecuencia del mismo vacío del espacio. Eventualmente, Moray pudo producir
un dispositivo de energía libre, que
pesaba sesenta libras y producía 50.000 watts de electricidad durante varias
horas. Irónicamente, aunque demostró su dispositivo repetidamente a científicos
e ingenieros, Moray fue incapaz de obtener fondos para desarrollar el
dispositivo para una central de energía eléctrica que produciría corriente
eléctrica a escala masiva.
“monopolio de la energía”, que no
estaban dispuestos a compartir. Cuando era un muchacho joven, Moray había sido
profundamente inspirado por Nikola Tesla. Moray estaba especialmente
entusiasmado por las afirmaciones de Tesla sobre la energía libre y su énfasis
sobre frecuencias en la materia del universo. Cuando Moray terminó la escuela
secundaria, fue a estudiar al extranjero y se doctoró en Ingeniería Eléctrica
de la Universidad de Uppsala, Suecia, en 1914. Moray al principio teorizó que
la energía estaba viniendo desde el interior de la Tierra. A través de
experimentación continua, y a pesar de las dudas de la comunidad científica,
Moray descubrió que la energía no estaba viniendo del interior, sino de una
fuente externa, lejos de la Tierra. La energía venía en oleadas continuas, como
las olas del mar, más durante el día que durante la noche. En ese tiempo, Moray
obtuvo la suficiente energía como para encender una lámpara. El definió la
fuente de energía viniendo del cosmos a la Tierra y radiando de regreso a su
origen. Alrededor de 1920, Moray produjo su primer dispositivo elemental que
suministraba energía eléctrica mesurable, y continuó trabajando diligentemente
en dispositivos de energía. En las décadas de los 20 y 30, mejoró continuamente
sus dispositivos, particularmente su tubo detector, el único secreto real del
dispositivo, según el mismo Moray.
Moray previó que todo el espacio
estaba lleno con vibraciones de una tremenda alta frecuencia, aportando inmensas e incalculables cantidades
de energía pura. El previó un Universo dinámico, como una turbulenta fuente de
gran energía, tal como las olas del océano acarrean energía. Esta idea también
la compartía Tesla. La aplicación de la patente de Moray, que jamás fue
concedida, fue archivada el 13 de julio de 1931, mucho antes de la llegada del
transistor de los Laboratorios Bell. Moray demostró exitosamente su dispositivo
de energía radiante a profesores de ingeniería eléctrica, congresistas,
dignatarios y una hueste de otros visitantes a su laboratorio. Moray incluso
movió su dispositivo varias millas afuera, en el campo, lejos de todas las
líneas de energía, para probar que él no estaba simplemente sintonizándose
clandestinamente con una cierta parte de su laboratorio. Varias veces permitió
a investigadores independientes a que desmontaran completamente su dispositivo
y lo volvieran a montar, para que pudieran ellos mismos reactivarlo. En todas
las pruebas tuvo éxito demostrando que el dispositivo podía producir energía
sin tener que salir la energía de otro dispositivo o enchufe exterior de
energía. Según la documentación, nadie fue alguna vez capaz de probar que el
dispositivo era fraudulento o que Moray no había logrado exactamente lo que
afirmaba.
Por otra parte, los registros
están llenos de declaraciones firmadas por físicos, ingenieros eléctricos y
científicos que llegaron al laboratorio de Moray como escépticos y se fueron
convencidos que Moray había tenido éxito en obtener energía de una fuente
Universal, que podría producir corriente
de energía libre. Pero, a pesar de su éxito, la Oficina Estadounidense de
Patentes se negó a concederle una patente. Primero, porque su dispositivo usaba
un cátodo frío en los tubos (el examinador de la patente aseveró que era de
conocimiento común que un cátodo calentado era necesario para obtener
electrones) y segundo porque no identificó la fuente de la energía. Toda clase
de patentes y dispositivos inaplicables fueron también presentados como siendo
infringidos o copiados por el trabajo de Moray. Cada una de estas objeciones
fueron pacientemente contestadas por Moray. No obstante, la patente todavía no
ha sido publicada, aunque la familia de Moray todavía mantiene disponible la
aplicación de la fallida patente. Según el escritor Tom Bearden, uno de los
esfuerzos de Moray para desarrollar la máquina implicaba una asociación con la
Agencia de Electrificación Rural (A.E.R.) durante un corto período antes de la
Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo, el A.E.R. estaba aparentemente
infiltrada en los más altos niveles por simpatizantes comunistas. Se dice que
estos ejecutivos urgían continuamente a Moray para que entregara todos los
detalles de su dispositivo a la Unión Soviética, e incluso arreglaron la visita
de científicos soviéticos de alto nivel al laboratorio de Moray, para ver el
dispositivo en funcionamiento.
Se piensa que, debido a los
tratos de Moray con el A.E.R., parte de su importante trabajo fue obtenido
clandestinamente por la Unión Soviética. Bearden especula que el trabajo de
Moray inspiró a los soviéticos para desarrollar los llamados amplificadores del
hiperespacio, que fueron más tarde usados en su armamento psicotrónico. La
psicotrónica es el término bajo el que se agrupan algunas de las técnicas
utilizadas en la parapsicología para interpretar algunos fenómenos paranormales
de acuerdo con las teorías del bioelectromagnetismo. Se basa en la utilización
de un tipo de energía que se produce supuestamente por la interacción de
energías psíquicas y atómicas. Las primeras provenientes del psiquismo de los seres
vivos y las segundas del bioplasma o campo estructurado de las formas. En la
actualidad el término es usado principalmente por grupos teosóficos y
practicantes de ciencias ocultas y esoterismo. Moray se alarmó mucho por las
continuas tentativas de sus contactos en el A.E.R. por poner el dispositivo en
manos de los soviéticos y concluyó que se había involucrado con un grupo
gubernamental lleno de radicales y reaccionarios. Como Tesla, Moray llegó a
estar preocupado de que hubiese un plan para robarle su dispositivo.
Quizás debido a sus sospechas,
Moray fue herido por un disparo de bala en su propio laboratorio, el 2 de marzo
de 1940. Ningún detalle ha emergido de quien disparó ni si Moray fue un blanco
intencionado o accidental. Moray finalmente finalizó su asociación con la
A.E.R. en febrero de 1941. Desgraciadamente, el dispositivo básico de Moray fue
destruido en 1939 por un hombre que quería que Moray divulgara completamente el
funcionamiento interno y la construcción de su dispositivo. En la época de
Moray no existía ninguna teoría que predijera que el espacio vacío contenía
prodigiosas cantidades de energía. Los seguidores modernos de la
geometrodinámica cuántica aseguran la verdad de la visión original de
Tesla. Desde hace algún tiempo se ha
destacado el trabajo en lo que dioen llamarse Geometrodinámica, del físico
norteamericano John Wheeler el cual, denotando su entusiasmo llegó a expresar
su creencia de que “no hay nada más en el mundo que espaciocurvo y vacío”. Sin
embargo, desafortunadamente para los que deseaban el éxito de tan bella
suposición, lo que iban mostrando los hechos apuntaban a la imposibilidad de
una geometrización análoga a la de la obtenida para la gravitación. El propio
John Wheeler es quien ha propuesto con singular manejo del raciocinio, que la
materia prima del universo no era como pensaba Einstein y antes que él W. K.
Clifford, el espacio y su geometría.
Wheeler, según su criterio,
explica como la deficiencia de la tesis geométrica sobre el material de
construcción de las partículas y de todo lo demás, ha ido conduciendo al
rechazo de que la geometría fue primero y luego fue cuantizada. Por el
contrario aduce que principios cuánticos como el de incertidumbre se erigieron
como inherentes a la naturaleza y luego surgieron la geometría y las
partículas. Afirma el físico inglés que el mundo es de por si, un mundo
cuántico. Un sistema clásico sólo se obtiene como límite para números cuánticos
grandes. El físico ruso Andrei Sajarov sustentó criterios semejantes a los de
John Wheeler. Ahora nosotros sabemos que un centímetro cúbico de puro vacío
contiene suficiente energía para condensarla en 1.080 a 10.120 gramos de
material. La mayor parte de la tesis de Tesla y Moray, que el vacío mismo
contiene energía ilimitada, es hoy aceptada. Con el alto precio del petróleo,
que además es una fuente no renovable, y
la creciente preocupación por nuestro medio ambiente, el concepto de un
automóvil eléctrico está nuevamente siendo considerado por los fabricantes más
importantes de automóviles. Desafortunadamente, el problema con el peso de la
batería y el almacenamiento de energía eléctrica todavía hacen de los
automóviles eléctricos algo económicamente poco opertativo.
En un artículo de Arthur Abrom para el periódico Dallas Morning News, fue señalado que los automóviles eléctricos era una de las alternativas consideradas. Y este modo de propulsión gozó de un breve y corto reinado. En los tempranos días del desarrollo automovilístico, la propulsión eléctrica fue considerada y utilizada. Un automóvil eléctrico poseía muchas ventajas que no podían ofrecer los ruidosos y contaminantes automóviles de gasolina. Sobre todo está el absoluto silencio que uno experimentaba cuando se manejaba un vehículo con propulsión eléctrica. Uno le daba vuelta a una llave, presionaba el acelerador, y el vehículo se movía instantáneamente. Sin ningún ruido del encendido, sin bombear gasolina mediante el acelerador y sin el acoplamiento de la válvula reguladora. Uno simplemente daba vuelta al interruptor de encendido y ya corría el automóvil. Si uno deseaba aumentar la velocidad, simplemente presionaba el acelerador. Soltando el acelerador se causaba que el vehículo inmediatamente fuese más despacio. Uno estaba siempre con el control total. No es difícil entender porqué estos vehículos eran tan populares hasta 1915.
La gran desventaja de aquellos
automóviles, antes y aun hoy, era su poca autonomía y la necesidad de recargar
las baterías cada noche. Todos esos vehículos eléctricos usaban una serie de
baterías y un motor de corriente directa. Las baterías requerían una constante
recarga y la autonomía de viaje estaba restringido hasta unas 100 millas (muy
parecido a las limitaciones actuales). Muchas empresas que actuaban en entorno
urbanos comenzaron a comprar vehículos de reparto que eran accionadas
eléctricamente. Eran silenciosos y no emitían contaminantes. Eran casi el
automóvil perfecto. El mantenimiento era mínimo en vehículos accionados
eléctricamente. Y había pocos mecánicos y talleres en funcionamiento a
principios de los 1900s. Así pues, el entorno urbano parecía apostar por el
automóvil eléctrico. Pero sucedieron dos hechos que bajaron la popularidad del automóvil
eléctrico. Uno era el anhelo subconsciente por la mayor velocidad, que afectó a
la mayoría de entusiastas del automóvil de aquella era. Los vehículos
eléctricos no podían alcanzar velocidades superiores a los 45 o 50 millas por
hora, ya que esto hubiera descargado las baterías rápidamente. Solo las
velocidades de 25 a 35 millas por hora podían ser mantenidas regularmente.
La velocidad normal de conducción, dependiendo de las condiciones del tráfico, era de 15 a 20 millas por hora, según los estándares entre 1900 y 1910. Esta era una velocidad límite aceptable que se podía obtener con un vehículo eléctrico. Además, el automóvil eléctrico no podía adaptarse para utilizar el motor polifásico de corriente alterna de Tesla. Entonces, casi súbitamente, alrededor de 1915, el automóvil eléctrico se convirtió en solo un recuerdo. En 1931, bajo el financiamiento de Pierce Arrow y George Westinghouse, un Pierce-Arrow de 1931 fue seleccionado para ser probado en las tierras de la fábrica en Búfalo, N.Y. El motor de combustión interna estándar fue quitado para instalar un motor eléctrico de 80HP a 1800 r.p.m.. El motor de corriente alterna media 40 pulgadas de largo y 30 pulgadas de diámetro, y los extremos de los conductores de energía fueron dejados en el aire, sin fuente externa de energía. En el tiempo acordado, Nikola Tesla llegó al lugar e inspeccionó el automóvil Pierce-Arrow. Luego fue a una tienda local de radio y compró un puñado de tubos, alambres y resistencias. Fue montada una caja que medía 24 pulgadas de largo, 12 pulgadas de ancho y seis pulgadas de alto, cubriendo el circuito.
La caja fue entonces colocada en
el asiento delantero y con sus cables conectados al motor enfriado por el aire.
De la caja salían dos barras. Tesla se metió en el asiento del conductor,
empujó las dos barras, declaró, “ahora tenemos energía” y puso el automóvil en
marcha. Este vehículo, accionado por un motor de corriente alterna, fue
conducido a velocidades de 90 millas por hora, funcionando mejor que cualquier
motor de combustión interna de aquellos días. Una semana se invirtió en probar
el vehículo y varios periódicos en Búfalo registraron estas pruebas. Cuando le
preguntaban de donde venía la energía, Tesla contestó, “de los éteres alrededor
nuestro”. Muchas personas sugirieron que Tesla estaba loco y, de algún modo,
ligado a fuerzas siniestras del universo. Ello le molestó mucho, quitó su
misteriosa caja del vehículo y regresó a su laboratorio en la ciudad de Nueva
York. Su secreto, al parecer, murió con él. Se especula que Tesla era capaz de
atrapar el campo magnético de la Tierra que rodea nuestro planeta. Y él, de algún modo, fue capaz de extraer tremendas cantidades de
energía cortando estas líneas de fuerza o causando que se multiplicaran. La
naturaleza exacta de este aparato permanece todavía en el más riguroso
misterio. En 1969, Joseph R. Zubris tomó su Mercury del 1961 y le sacó el motor
interno de combustión. Entonces instaló un motor eléctrico como fuente de
energía. Su sistema duplicó la eficiencia eléctrica del motor eléctrico cuando
estaba operando.
La oficina estadounidense de
Patentes le otorgó una patente, pero nadie parecía estar interesado. Y su
sistema todavía no está en el mercado. En los años 70 (del siglo XX), un
inventor usó un generador Ev-Gray, que intensificaba la corriente de la
batería, permitiendo al motor cargar baterías separadas al operar el
dispositivo, con pequeñísimas corrientes. El dispositivo fue probado en el
Instituto Crosby de Investigaciones de Beverly Hills, California. Un motor EMA
de 10 caballos de fuerza corrió durante más de una semana (9 días) concuatro
baterías estándar de automóvil. Los inventores estimaron que un motor eléctrico
de 50 caballos de fuerza podría viajar 300 millas a 50 millas por hora, antes
de necesitar recarga. El Dr. Keith E. Kenyon descubrió una discrepancia en las
leyes normales y largamente aceptadas relacionadas con los imanes de motores
eléctricos. El Dr. Kenyon demostró su invención ante muchos científicos e
ingenieros en 1976, pero la reacción de estos fue deprimente. Aunque admitieron
que el dispositivo del Dr. Kenyon funcionaba, no vieron ninguna o muy poca
aplicación práctica al mismo.
La última fuente para un
automóvil exitoso, eléctricamente accionado, sería tener un motor eléctrico que
no requiriera una fuente externa de energía. Suena imposible, porque viola
todos los pensamientos científicos actuales. No obstante, ha sido inventado, y
al Sr. H.R, Johnson se le ha extendido una patente de tal dispositivo el 24 de
abril de 1979. Este nuevo diseño, aunque originalmente sugerido por Tesla en
1905, es un motor de imanes permanentes. El Sr. Johnson ha ajustado una serie
de imanes permanentes en el rotor y otra
serie, con espaciamiento variable, en el estator. Uno simplemente tiene
que mover el estator a su posición y la rotación del rotor comienza de
inmediato. La patente de Johnson dice: “La invención es dirigida al método de
utilizar los giros impares de los electrones en ferro-magnética y otros
materiales, como fuente de campos magnéticos para producir energía sin que
ocurra ningún flujo de electrones en conductores normales y a motores de imanes
permanentes para utilización de este método para producir una fuente de
energía“.
En la práctica, este invento se
basa en el giro de electrones ocurriendo dentro de imanes permanentes, que son usados para producir una fuente de
energía solamente a través de las características superconductoras de un imán
permanente. Y el flujo magnético creado por los imanes es controlado y
concentrado para orientar las fuerzas magnéticas generadas, de tal manera que
hagan un trabajo continuo, tal como el desplazamiento de un rotor con respecto
a un estator. La sincronización y orientación de fuerzas magnéticas especiales
en los componentes del rotor y el estator,
producidos por imanes permanentes en un motor, es alcanzada con la
apropiada relación geométrica de los componentes. Los ingenieros de Hitachi
Magnetics Corp, en California, declararon que el funcionamiento de un motor
únicamente mediante imanes es factible y lógico, pero la política de la empresa
hace inviable la búsqueda del desarrollo de un motor de imanes o cualquier
dispositivo que compitiera con los cárteles de energía. De hecho, parece que
tales dispositivos han sido deliberadamente eliminados o mantenidos en lugares
secretos, para prevenir cualquier competencia de máquinas que pueden generar
energía sin una fuente externa de combustible. Estas invenciones sacarían a los
grandes cárteles de petróleo y otras fuentes de energía fuera del gran negocio
de la energía.
Según los diarios personales de Tesla, extrañas transmisiones de voz, escuchadas a través de su receptor especial de radio, discutían el calentamiento del planeta mediante contaminantes atmosféricos, causado por fuentes naturales o provocado por el hombre. Y esta afirmación de Tesla le causó muchos problemas entre la comunidad científica, muy escéptica sobre estos temas. Tesla también tuvo la impresión de que las voces desconocidas apoyaban este calentamiento, y pudieran realmente haber acelerado el proceso mediante la estimulación del desarrollo del motor de combustión interna. Tesla puede bien haber sido el primer humano en saber acerca de lo que hoy en día se refiere como “Calentamiento Global” y “Efecto Invernadero”. Tesla, convencido de que las voces que estaba recibiendo eran de una fuente hostil extraterrestre, comenzó un esfuerzo concertado para desarrollar un medio de energía que no usara la quema de madera o combustibles fósiles. Una fuente de energía que fuera limpia e ilimitada, y que no produjera contaminantes, al menos los hechos por el hombre, que llenasen la atmósfera y causasen la retención del calor del sol. Tesla fue el primero en volverse consciente de uno de los temas más controvertidos en los círculos de la teoría de la conspiración: ¡Alternativa Tres y la destrucción de la Tierra!
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