Civiles en Yemen: sobrevivir a la guerra entre la hambruna y las epidemias

La confusión reina en Yemen ante los rumores de una nueva tregua entre los hutíes, apoyados por Irán, y la coalición militar liderada por Arabia Saudí para devolver el poder al expresidente yemení Mansur Hadi.

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Entre la población reina el escepticismo: hasta ahora todas las tentativas de tregua han acabado fracasando en cuestión de horas. La guerra que se libran las partes desde hace 20 meses ha acabado ya con la vida de más de 7.000 personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Gomaa Ali Makhtali perdió a su marido en un ataque de la coalición en la ciudad de Abs, en el norte de Yemen:

“Se estaba yendo en coche cuando le alcanzó un cohete. El taxi empezó a arder, y él se quedó atrapado dentro. No lo supimos hasta esa noche, nos dijeron que estaba completamente carbonizado.”

Los civiles denuncian ataques indiscriminados y continuos. Las bombas de la coalición militar han caído en funerales, bodas, mezquitas y colegios en las regiones del norte, controladas por los hutíes.

Desde que comenzó el conflicto, la mayor parte de las infraestructuras han resultado dañadas o completamente destruidas. Sólo el 45% de los dispensarios médicos siguen operativos. Completamente insuficiente según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que calcula que más de 7,5 millones de niños en Yemen necesitan asistencia sanitaria urgente y alrededor de 370.000 se encuentran al borde de sufrir desnutrición severa.

Los hospitales donde trabajan médicos y sanitarios a ong Médicos sin Fronteras han sufrido más de cinco ataques en menos de un año. Ibrahim Ali, director del hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF): “La coalición tiene las coordenadas de los hospitales y las actualizan todos los días. Pese a ello, lanzaron sus bombas y 19 personas murieron aquí, en Abs. Además hubo 24 heridos. Hay personas que todavía están oficialmente desaparecidas, no podemos identificar los restos, porque quedaron completamente destrozados.”

Además de sobrevivir a los bombardeos y a la hambruna, la población del país más pobre del mundo árabe se enfrenta a una epidemia de cólera el número de casos sospechosos se ha duplicado en doce días y rondan ya los 4.000, según la OMS, que destaca además que dos tercios de la población no tiene acceso a agua potable.

La situación más preocupante se vive en Taiz y Aden, donde el Gobierno del presidente Mansour Hadi se ha instalado temporalmente. Saná, la capital, sigue ocupada por las milicias hutíes.

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