El 11 de enero de 2019, Nature, una de las revistas científicas más importantes del mundo, informó sobre una aceleración inesperada en el movimiento de los polos magnéticos de la Tierra que ha requerido una actualización inmediata del Modelo Magnético Mundial utilizado para la navegación global por barcos en el mar, Google Maps y teléfonos inteligentes.
Los científicos han especulado que la aceleración inesperada se debe a un “chapoteo de hierro líquido dentro del núcleo del planeta”, y que en el caso del polo magnético norte, el culpable probable fue un “chorro de hierro líquido de alta velocidad debajo de Canadá que está moviendo el polo hacia Siberia.” Es importante destacar que los científicos están de acuerdo en que la aceleración en el movimiento de los polos magnéticos apunta a que ocurre algo muy inusual en el núcleo externo de la Tierra que está lleno de una aleación de níquel-hierro que rodea un núcleo interno sólido de hierro. Una investigación del geólogo Chan Thomas, clasificada en 1963 y desclasificada en 2013 por la CIA, ha planteado la hipótesis de que el núcleo interno de la La Tierra se comporta como una estrella en tanto que emite ráfagas periódicas de plasma o “materia neutral” hacia el núcleo externo cada pocos miles de años, lo que desencadena cambios de polos tanto magnéticos como geofísicos. El Dr. Michael Salla ha examinado evidencia de eventos de llamaradas solares en la historia (también conocidos como micronova) y las perspectivas de una recurrente que ocurrirá en un futuro cercano. Según Salla, esto plantea la posibilidad de una relación de algún tipo entre eventos de llamaradas solares y erupciones de “materia neutral” que se producen en las profundidades del núcleo de la Tierra. En este artículo, Michael Salla examina si los rayos cósmicos de alta energía de fuera de nuestro sistema solar son el mecanismo de activación de las llamaradas solares y las erupciones de materia neutral que conducen a los cambios de polos. Es importante señalar primero que el movimiento acelerado de los polos magnéticos ocurre en un momento en que el campo magnético de la Tierra se está debilitando y el mínimo solar (baja actividad de las manchas solares) ha hecho al planeta más susceptible que nunca a los rayos cósmicos. Los rayos cósmicos son los núcleos atómicos de hidrógeno, helio y moléculas más grandes que han sido despojados de sus electrones. Se han generado a partir de eventos galácticos, como supernova y quásares, y viajan por todo el universo casi a la velocidad de la luz. Si bien nuestro sol también genera rayos cósmicos, son los rayos cósmicos del núcleo galáctico los que transportan más energía a medida que penetran profundamente en nuestro sistema solar, en nuestro sol y, finalmente, en el interior de la Tierra. Los rayos cósmicos están impactando cada vez más tanto a la Tierra como al Sol debido a que el escudo de energía creado por el viento solar se encuentra en su nivel más débil como resultado del mínimo solar actual. Algunos modelos científicos predicen que el mínimo solar continuará hasta octubre de 2020, e incluso puede extenderse a un gran mínimo solar que se prolongue hasta 2070, tiempo durante el cual la humanidad será testigo de una mini era de hielo similar al Mínimo de Maunder que tuvo lugar desde 1645 hasta 1715. También hay evidencia científica proporcionada entre 2015 y 2018 por la doctora en astrofísica, Valentina Zharkova, que expone que la Tierra entrará —a partir de 2020— en un ciclo de enfriamiento drástico que provocará una “mini-glaciación.” Según Zharkova, el gran mínimo solar moderno próximo iniciaría a partir del año 2020 y podría prolongarse hasta el año 2055. En 1997, el Dr.
Alexey Dmitriev, geólogo de la Academia Rusa de Ciencias, escribió que las actuales alteraciones físicas planetarias de la Tierra se están volviendo irreversibles y que existe una fuerte evidencia de que estas transformaciones están causadas por material altamente cargado y falta de uniformidad energética en el espacio interestelar anisotrópico que se ha roto en el área interplanetaria de nuestro Sistema Solar. Según él, esta “donación” de energía está produciendo procesos híbridos y estados de energía excitados en todos los planetas, así como en el Sol. Y los efectos de todo esto aquí en la Tierra se encuentran en la aceleración del desplazamiento del polo magnético, en la distribución vertical y horizontal del contenido de ozono y en la mayor frecuencia y magnitud de eventos climáticos catastróficos significativos. Por lo que según Dmitriev existe una probabilidad creciente de entrar en un período de inestabilidad de temperatura rápida similar al que tuvo lugar hace 10.000 años. Las respuestas adaptativas de la biosfera y de la humanidad a estas nuevas condiciones pueden conducir a una revisión global total de la gama de especies y la vida en la Tierra. Y sólo a través de una comprensión profunda de los cambios fundamentales que tienen lugar en el entorno natural que nos rodea, los políticos y los ciudadanos pueden lograr un equilibrio con el flujo renovador de estados y procesos planetofísicos. Como publicamos en octubre de 2016, el gobierno de los Estados Unidos a través de una orden ejecutiva publicada por la Casa Blanca ya ha alertado a departamentos ejecutivos y agencias a coordinar sus esfuerzos para prepararse para los efectos de “eventos del clima espacial en forma de llamaradas solares, partículas energéticas solares y perturbaciones geomagnéticas.” Y en noviembre de 2016, diversas organizaciones y naciones de la Unión Europea se reunieron para discutir la repercusión global de eventos del clima espacial durante los próximos diez años, que podrían afectar múltiples infraestructuras aéreas y terrestres pudiendo llegar a comprometer —incluso— “la capacidad de reacción de una nación entera.”
Los rayos cósmicos alcanzan su punto máximo durante los mínimos solares
Durante décadas, los científicos han rastreado la actividad de los rayos solares y cósmicos y han confirmado que los rayos cósmicos alcanzan su punto máximo durante los mínimos solares, como se muestra en el siguiente diagrama.
La gráfica superior muestra los ciclos solares y la parte inferior muestra la actividad de los rayos cósmicos durante el mismo período.
La intensidad de los rayos cósmicos que impactan nuestro sistema solar y la Tierra depende en gran medida de la fuerza del viento solar generado por nuestro sol, que como explica la NASA, actúa como un escudo:
Nuestra primera línea de defensa es el sol: el campo magnético del sol y el viento solar se combinan para crear un “escudo” poroso que evita los rayos cósmicos que intentan ingresar al sistema solar. La acción de protección del sol es más fuerte durante el máximo solar y más débil durante el mínimo solar.
Estudios de la NASA han confirmado que los rayos cósmicos, durante un mínimo solar, aumentan la exposición a la radiación de los astronautas, lo que acorta el tiempo que pueden pasar en la órbita terrestre.
Vale la pena enfatizar que los rayos cósmicos generalmente son desviados por el campo magnético de la Tierra (campo magnético) o atraídos por el campo hacia las regiones polares donde la mayoría de los detectores de rayos cósmicos del mundo han sido ensamblados.
Los estudios han demostrado que el campo magnético de la Tierra, que actúa como la segunda línea de defensa contra los rayos cósmicos, además de ser un escudo contra el viento solar, se ha ido debilitando a lo largo del siglo XX. Sin embargo, desde el año 2000, el debilitamiento ha aumentado dramáticamente, como se ilustra en la siguiente imagen proporcionada por Davidson en su serie Ciclo de catástrofe de la Tierra.
El debilitamiento del campo magnético ha llevado a algunos científicos a concluir que esto es un preludio de un giro de polo magnético.
En 2014, Rune Florberghagen, el gerente de la misión del proyecto Swarm de la Agencia Espacial Europea, confirmó que el campo magnético de la Tierra se estaba debilitando 10 veces más rápido de lo normal, y que esto era una señal de un futuro giro del polo magnético. Florberghagen dijo que este tipo de fenómeno podría “tomar muchos o unos pocos miles de años y ya ha ocurrido muchas veces en el pasado.”
Sin embargo, otros científicos que estudian los datos paleomagnéticos reducen drásticamente el tiempo en la estimación de Florberghagen. Un estudio de la Universidad de Berkeley expuso que el cambio de posición podría ocurrir en menos de un siglo, en cualquier momento durante nuestra vida.
El dramático debilitamiento del campo magnético significa que se desvían menos rayos cósmicos, y más de estos han sido absorbidos por la Tierra, especialmente en las regiones polares donde las líneas del campo magnético atraen a los rayos cósmicos hacia los polos magnéticos del Norte y del Sur.
Esto plantea preguntas importantes sobre lo que los científicos han descubierto recientemente acerca de la inesperada aceleración en el movimiento de los polos magnéticos, y lo que sabemos sobre la creciente influencia de los rayos cósmicos durante un mínimo solar que puede extenderse mucho más allá del inicio proyectado del ciclo solar para 2020-25 .
Primero, ¿están los rayos cósmicos entrando en el campo magnético de la Tierra en las regiones polares que penetran profundamente en el interior de la Tierra, impactando de alguna manera el núcleo externo fundido? En segundo lugar, ¿se detectaron recientemente rayos cósmicos provenientes de la Antártida, de alguna manera relacionados con las erupciones de “materia neutral” descritas por Chad Thomas? Finalmente, ¿estuvieron las misteriosas ondas globales sísmicas, detectadas el 11 de noviembre de 2018, de alguna manera relacionadas con erupciones de materia neutral desde el núcleo y / o rayos cósmicos?
¿Están los rayos cósmicos afectando el interior de la Tierra?
La suposición generalizada acerca de los rayos cósmicos es que estos son absorbidos por la atmósfera de la Tierra cuando impactan en las moléculas del aire, que a su vez se aceleran rápidamente e impactan otras moléculas en efecto cascada como lo ilustra el siguiente diagrama.
Diversos estudios han demostrado, por ejemplo, que los rayos cósmicos impactan la formación de nubes, lo que lleva a una mayor cobertura de estas durante los mínimos solares.
Mientras que la energía de los rayos cósmicos es absorbida por otras partículas cuando chocan en la atmósfera de la Tierra, estas “partículas en cascada” adquieren el impulso y la energía de los rayos cósmicos y llegan a la superficie de la Tierra, y junto con los rayos cósmicos supervivientes, penetran en la la corteza de la Tierra extendiendo el efecto de cascada profundamente en el manto de la Tierra, hasta llegar finalmente al núcleo.
Las partículas subatómicas que se crean como un subproducto de la colisión de los rayos cósmicos y las moléculas del aire, como los muones y los neutrinos, penetran más fácilmente en el manto y el núcleo de la Tierra debido a su sección transversal más pequeña.
El impacto de los rayos cósmicos a través de su efecto en cascada se puede visualizar como una explosión de escopeta que transporta la energía de los rayos cósmicos primarios hacia el interior de la Tierra a través de “partículas en cascada” y sus subproductos subatómicos.
La penetración de los rayos cósmicos en la superficie de la Tierra tuvo el efecto de desencadenar la actividad sísmica y las erupciones volcánicas, como lo confirmó un equipo de cuatro científicos japoneses. En un estudio de junio de 2011 titulado “Erupciones volcánicas explosivas provocadas por rayos cósmicos”, los científicos encontraron que los rayos cósmicos fueron un factor en la activación de nueve de once erupciones volcánicas estudiadas:
Es bien sabido que el flujo de rayos cósmicos está correlacionado negativamente con la actividad magnética solar, ya que la fuerza del campo magnético en el viento solar repele las partículas cargadas, como los rayos cósmicos galácticos que se originan desde fuera del sistema solar. La fuerte correlación negativa observada entre la sincronización de las erupciones ricas en sílice y la actividad solar puede explicarse por las variaciones en el flujo de rayos cósmicos que surgen de la modulación solar.
El estudio japonés confirma que los rayos cósmicos, a través de su efecto cascada, tienen una influencia en el interior de la Tierra. La pregunta crítica es: “¿qué tan profundo penetran los rayos cósmicos en el interior de la Tierra?”
Los estudios muestran que la energía transmitida por los rayos cósmicos se puede llevar a lo profundo del interior de la Tierra:
Durante el mínimo solar, la radiación cósmica de alta energía puede penetrar a una distancia muy profunda debajo de la superficie de la Tierra, en algunos casos unos pocos cientos de kilómetros. Esta es la razón por la cual la mayoría, si no todos los terremotos durante el mínimo solar, son terremotos profundos.
Esto me remite a Chan Thomas y su afirmación de que el núcleo de la Tierra libera periódicamente “materia neutral” cada pocos miles de años, y que el sol experimenta una llamarada solar en un ciclo similar de milenios. Los rayos cósmicos tienen la capacidad de no solo interactuar con el sol de una manera que finalmente activa una micronova, sino que también interactúan con el núcleo de la Tierra de una manera que activa la emisión de “materia neutral”, como afirma el libro de Thomas.
Si el núcleo de la Tierra está siendo estimulado por los rayos cósmicos para que emitan materia neutra de manera análoga a una eyección de masa coronal por parte del sol, ¿existe alguna evidencia de que esto ocurra? El signo más convincente sería si se observara que el núcleo de la Tierra, como el sol, está emitiendo rayos cósmicos. De hecho, esto ha ocurrido con los detectores de rayos cósmicos que descubren los rayos cósmicos que salen de la Tierra, en lugar de penetrar en ella.
Los rayos cósmicos que se observaron saliendo de la Antártida se detectaron por primera vez en enero de 2007, cuando comenzó el experimento del globo Antena Impulsiva Antena Antártica (ANITA), como explicó la escritora científica Emma Fiala:
Usando sensores, ANITA comenzó a detectar neutrinos de alta energía que interactúan con la capa de hielo debajo… Durante el tiempo de ANITA en la Antártida, se detectó un “evento similar a un rayo cósmico apuntando hacia arriba.” Los rayos detectados tenían planos horizontales de polarización. lo que puede sugerir que no se originaron en el espacio.
ANITA observó nuevamente los rayos cósmicos que salían de las capas de hielo de la Antártida en diciembre de 2016 y generó una intensa especulación científica sobre si se había descubierto un nuevo tipo de partícula. Esto llevó a un equipo de científicos de la Universidad de Penn State a estudiar los datos de ANITA, y el 25 de septiembre de 2018, publicó su informe sobre los eventos anómalos de 2007 y 2016 que se publicaron en el archivo académico, arxiv.org:
“La colaboración de ANITA ha informado la observación de dos eventos anómalos que parecen ser lluvias de rayos cósmicos εcrε0.6 EeV que emergen de la Tierra con ángulos de salida de 27∘ y 35∘, respectivamente… Aquí exploramos si se requieren partículas ‘más allá del Modelo estándar’ (BSM) para explicar si los eventos de ANITA, se han se interpretado correctamente. Al buscar confirmación o refutación del fenómeno físico de los rayos cósmicos emergentes de la Tierra sub-EeV en datos de otras instalaciones, encontramos apoyo para la realidad de los eventos ANITA y tres eventos análogos candidatos, entre los neutrinos de la Pista del Norte de Energía Extremadamente Alta del IceCube Neutrino Observatory.”
Cabe señalar que tanto en enero de 2007 como en diciembre de 2016, los números de manchas solares alcanzaron o estuvieron cerca del mínimo solar para la actividad de manchas solares. En consecuencia, debe notarse que, al mismo tiempo que los rayos cósmicos alcanzaban su punto máximo a medida que ingresaban a nuestro sistema solar debido a la mínima actividad solar, se observó que rayos de tipo cósmico salían de la Tierra.
Esto es consistente con la observación anterior de que los rayos cósmicos estaban penetrando profundamente en la Tierra y activaban las eyecciones de materia neutral en el núcleo externo, lo que a su vez estimulaba lo que podría describirse como “rayos cósmicos de la Tierra” detectados por ANITA.
Esto lleva a la misteriosa ola sísmica global detectada el 11 de noviembre de 2018, a 15 millas de la costa de Mayotte, una isla francesa entre Madagascar y África. Ese día, se detectó una onda sísmica que viajó por todo el mundo durante unos 20 minutos. Si bien las ondas sísmicas siguen rutinariamente los terremotos, los sismógrafos no detectaron ningún terremoto, como se explica en un artículo publicado por National Geographic.
Basado en el estudio citado anteriormente por científicos japoneses de 2011, una explicación que surge es que la onda sísmica global fue causada por ondas cósmicas que penetraron en el interior de la Tierra. Otra explicación más perturbadora es que las misteriosas ondas sísmicas globales fueron el resultado de “rayos cósmicos de la Tierra” únicos que emanan de una eyección de materia neutra análoga a la eyección de masa coronal descrita ¿por primera vez? por Thomas.
El movimiento acelerado de los polos magnéticos es una señal de que algo significativo está sucediendo actualmente en las profundidades del interior de la Tierra, en su núcleo externo fundido. La explicación convencional de que este cambio de polos es simplemente el resultado de un magma que se mueve en la parte del núcleo externo debajo de América del Norte no tiene en cuenta el importante papel que juegan las ondas cósmicas para penetrar profundamente en la Tierra e influir en la actividad del núcleo.
Debe considerarse seriamente el hecho de que los rayos cósmicos se viertan en la Tierra debido a un campo magnético debilitado y un mínimo solar, y que esto puede desencadenar una expulsión de materia neutral desde el núcleo de la Tierra hacia el manto y la superficie. Además, el hecho de que la CIA clasificara el libro de Thomas algún tiempo después de su publicación de 1963 y solo lo desclasificara hasta 2013, sugiere que sus conceptos y teoría de la dinámica de la Tierra interna y los cambios de polos asociados debían ser suprimidos ya que contenían verdades importantes. Eso podría desestabilizar a la sociedad.
En este momento de nuestra historia colectiva, como los rayos cósmicos están afectando a nuestro planeta a niveles cada vez mayores, debemos comprender mejor cómo los rayos cósmicos influyen en nuestro planeta y en el Sol durante su período de actividad solar mínima. Debemos prestar especial atención a la evidencia de que nuestro sistema solar ha ingresado a una región de la galaxia con niveles incrementados de energía de rayos cósmicos, y cómo esto podría desencadenar las llamaradas solares (micronovas) y los cambios de polos geofísicos que ocurrieron en nuestro pasado lejano.
Fuente: Mente Alternariva
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