Hoy está considerado como el mago
más importante de nuestro siglo, del que surgió buena parte del ocultismo
moderno. Sus contemporáneos le calificaron como «la bestia humana» o «el hombre
más perverso del mundo». Sin embargo, esa leyenda negra estaba sostenida por el
interés del propio Aleister Crowley en escandalizar a la pacata sociedad
victoriana que le rodeaba.
A los ocho años Aleister Crowley
cogió un gato, le administró arsénico y, para que no opusiera resistencia, le
suministró cloroformo. Así pudo gasearle en el horno, después quemarle y, tras
otras torturas, le despellejó vivo.
Su madre le llamaba «La Bestia» y
«666» porque su hijo le recordaba las dos bestias del Apocalipsis, cuyo texto
dice: «Vi como salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siete
cabezas... Abrió su boca en blasfemias contra Dios... Fuéle otorgado hacer la
guerra a los santos y vencerlos... El que tenga inteligencia calcule el número
de la bestia porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y
seis».
El niño no se amilanaba ante la
comparación y la llamaba «estúpida santurrona». Cuando su madre murió, ya
adulto, añadió «¡que el diablo tenga su alma!». Crowley no sentía más simpatía
por su padre, llegando a sustituir su nombre, Edward Alexander, por el de
Aleister.
No hubo persona a la que no
destrozara, juramento que no incumpliera, vicio que no probara. Su primera
mujer era hermana de uno de sus amigos, una joven viuda harta del acoso de sus
pretendientes, a la que Crowley ofreció «matrimonio sin consumación» para que
se librase de ellos. Se casaron y, a las pocas horas, Crowley incumplía su
compromiso. Ella se hizo alcohólica y murió en uno de sus delirium tremens.
Antes de divorciarse, Crowley casi mata a su suegra al tirarla por la escalera
cuando la echaba a patadas de su casa.
Su segunda esposa también acabó
alcoholizada. Él mismo era un drogadicto que consumía heroína, cocaína, opio,
hachís, marihuana, peyote y mescal, entre otras drogas.
Era bisexual y le gustaba colgar
a sus amantes boca abajo en el guardarropa y marcarles con sus dos caninos que,
según dicen, se afiló con este propósito. Algunos de sus discípulos sufrieron
alteraciones nerviosas, como Lord Tankerville o Victor Neuburg al que Crowley
maldijo. Victor decía que esa era la razón de sus múltiples enfermedades.
Otros tuvieron menos suerte y
perdieron la vida como Raoul Loveday, de quien se dijo que había sido
envenenado por «La Bestia». También murió Alexis Pache, un alpinista suizo,
cuando se encontraba a solas con Crowley en una escalada. Otro, Norman Mudd, se
suicidó. Pero no sólo sus discípulos; también uno de sus maestros, Liddell
MacGregor Mathers, murió convencido de que le aniquilaban las poderosas
emanaciones mágicas procedentes de Crowley.
Los periódicos de la época le
llamaron, entre otras lindezas: «el hombre más perverso del mundo», «el rey de
la depravación», «el hombre al que nos gustaría ahorcar», «el caníbal», «la
bestia humana», y el peor insulto para un inglés de su época, «germanófilo».
Ni siquiera con su muerte cesaron
los ataques furibundos, incluso del máximo representante de la justicia
británica, el Ministro de Su Graciosa Majestad, quien declaró: «Aleister
Crowley es el personaje más inmundo y más perverso del Reino Unido».
Esta es la leyenda que le
acompañó toda su vida, azuzada por la prensa durante más de treinta años. No
hay perversidad, ni crimen, ni acción maligna de la que no fuese acusado. Pero
en el año 2001 no estamos en la Inglaterra victoriana y el mundo es hoy mucho más
tolerante y libre que lo que era a principios del siglo XX.
La Otra Cara De La Leyenda
Algunas de las «maldades» de
Crowley como, por ejemplo, tomar el sol desnudo en la playa pueden hacernos
reír. Pero sólo hasta que recordamos que en los años sesenta hubo que imponer
la tolerancia en las playas para que los turistas nos dejaran sus divisas.
A la luz de sus biógrafos,
podemos entender mejor la leyenda negra creada alrededor de su persona.
Trasladémonos a Leamington, en el condado inglés de Warcwickshire, el 12 de
octubre de 1875. Acaba de nacer Edward Alexander, que más tarde conoceremos
como Aleister Crowley.
Su infancia se desenvuelve en un
ambiente opresivo y puritano, ya que sus padres pertenecen a la secta más
intransigente y rigurosa de la época, los «Hermanos de Plymouth». Para ellos
todo es pecado o debilidad inaceptable. Por eso, Emilie, su madre, nunca le
abraza, ni le besa, ni le cuenta cuentos, ni le deja leer ningún libro, excepto
la Biblia.
Alos 30 años , Crowley viajó con
su esposa a Egipto, donde supuestamente entró en contacto con espíritus (foto)
Aleister, a pesar de la rigidez
familiar, hace trastadas que Emilie castiga llamándole «la Bestia del
Apocalipsis», el sumum de la maldad para los «Hermanos de Plymouth». Él se
defiende asumiendo el nombre de «La Bestia» y rebelándose contra todo aquello
que representa su familia. Si en nombre del «bien» le torturaban y le hacían
desgraciado, él adoraría al «mal». Se convertirá así en un mago luciferino, que
no diabólico, adorador sistemático del mal.
En una de sus conferencias
explicará por qué torturó al gato que mencionábamos al principio. Su madre le
había dicho que los gatos tenían nueve vidas y decidió comprobarlo constatando,
una vez más, que sus enseñanzas eran falsas. El torturador del gato no era un
sádico desalmado, sino un crío inquisitivo.
Su padre, el hombre cuya boca
nunca había blasfemado o dicho una injuria, que había abandonado su imperio
económico para dedicarse a la religión, muere de cáncer de lengua, cuando
Aleister tiene doce años. Su tío materno se encargará de que su educación sea
aún más rígida a partir de entonces.
El Crowley adolescente, con una
inteligencia superior a la normal y en un ambiente represivo, se salta
continuamente las reglas. Desde leer a escondidas, a perder la virginidad a los
catorce años con una de las criadas, pero ¡en la cama de mamá! que tiene más
mérito transgresor.
A los diecisiete años, su madre y
su tío deciden dejarle por imposible e ingresa en el Trinity College de
Cambridge sintiéndose, por primera vez en su vida, libre. Sorprendentemente, no
le escatiman los medios económicos, y él los aprovecha para divertirse, salir,
beber o tener relaciones. Pero Crowley también estudia y mucho, aunque se niega
a examinarse. Sin embargo, su erudición y seriedad en el trabajo es tal que el
Profesor Hastings cuenta con él como colaborador en la «Enciclopedia de la
Historia de las Religiones y de la Ética».
En esta época, se rebela contra
la hipocresía social, haciéndose pasar por Conde Ruso y publicando una obra
erótica: White Stains (Manchas Blancas) que se la dedica a su «pío» tío
materno.
El escándalo es tal que prepara
una conferencia: «La miseria sexual en Gran Bretaña, por el Doctor Aleister
Crowley, escapado de la Universidad de Cambridge. Preside la sala un tapiz
indio con un enorme falo, y Crowley se dirige a los asistentes: «¡Las manchas blancas
no están sólo en las sábanas sino en las gafas de los que "ven"
febrilmente la perversión!».
Se hace amigo de intelectuales y
artistas con continuas estancias en Londres y en París, donde conoce al
escultor Rodin, al novelista Somerset Maughan, a la bailarina Isadora Duncan, a
Rilke, el poeta, etc... Descubre el alpinismo, que ejerce con entusiasmo,
participando en importantes expediciones a los Alpes, el Himalaya y Méjico,
generalmente acompañado del científico Oscar Eckenstein.
Nace El Mago
Crowley en 1889 durante una
ceremonia de la Golden Dawn en la que ejecuta el Pentagrama de Osiris.(foto)
El hombre que está considerado
como el mago más importante del siglo XX se ha ido preparando, probablemente
sin saberlo, para la magia. Dispone de un profundo saber religioso por su
colaboración en la Enciclopedia del Profesor Hastings. Tiene conocimientos
científicos, es un excelente ajedrecista, sabe astrología y su carta astral
indica que es un semidios. Además, apuntan sus seguidores, ha nacido con las
señales búdicas: la lengua pegada que requirió cirugía a los dos días de su
nacimiento, la fimosis de la que le operaron a los quince años y los cuatro
pelos en forma de esvástica al lado del corazón que indica encarnaciones
sobrenaturales.
Crowley comienza su camino mágico
de forma consciente en Cambridge al leer el libro de Mathers: «La Cábala
desvelada». Después descubrirá la compilación del ceremonial mágico realizada
por A.E. White. El 31 de diciembre de 1896, en Estocolmo, tiene su primera experiencia
de liberación interior: «Descubrí que poseía una capacidad mágica que formaba
parte de mí. Fue una experiencia dolorosa y terrible a la vez, que me dio la
llave del placer y el éxtasis espiritual».
A los veintitrés años ingresa en
la Golden Dawn, la más importante sociedad iniciática del mundo moderno, con
conexiones en toda Europa y gran influencia en su historia reciente. Su jefe es
Mathers y Crowley recibe el nombre de Perdurabo, montando un templo de magia
blanca y otro de negra.
En este período los logros
mágicos son constantes y Crowley asegura realizar viajes y entrevistas
astrales, materializaciones de los elementales, de los silfos y de diversas
fuerzas celestiales y demoníacas.
Mathers encuentra en París un
manuscrito del siglo XV, «El libro de la magia sagrada de Abramelin el mago», y
este se va a convertir en el centro de los estudios y prácticas de Crowley.
Para ello precisa construir un oratorio en lugar mágico, aislado y tranquilo
que encuentra en Escocia: la finca Boleskine, frente al lago Ness.
Allí construye Crowley su
oratorio según establece el libro, con una, salita para los espíritus. En ese
lugar conjura a su Ángel de la Guarda, su verdadero ser, con quien establece
una perfecta comunión. Sólo cuando lo consigue puede convocar a los cientos de
espíritus, ángeles y demonios, que figuran en el citado grimorio y realizar
talismanes.
Boleskine le permite provocar de
nuevo. Cambia el título de Conde Svareff por el de Señor de Boleskine y viste
la falda escocesa ante la alegría de las damas que pueden ver sus estupendas
piernas.
Otro país clave en la vida de
Crowley es la India. Allí se inicia en el tantrismo, la erótica sagrada, el
sexo sagrado como vía de acceso al conocimiento iniciático, que practicaría
asiduamente con hombres y mujeres, y en China descubre el I Ching.
Con la llegada del siglo XX,
Crowley inicia un período de grandes viajes por todo el mundo en la línea de su
admirado Sir Richard Burton.
En 1901 la muerte de la reina
Victoria le pilla en Méjico, preparando una de sus escaladas. Cuando el alcalde
de Amecameca le da la noticia, Crowley se pone a lanzar gritos de júbilo y a
bailar una frenética danza de los pieles rojas, explicando al alcalde que la
muerte de la reina era el fin del peor símbolo humano de intolerancia social y
religiosa.
Méjico se convierte en un país
clave en su vida al entrar en contacto con Don Jesús Medina, que le introduce
en la masonería y en los secretos de mayas y aztecas. Es aquí donde Crowley
asegura haber verificado su método para lograr la invisibilidad y haber
descubierto la llave secreta de la Gran Obra.
La Mujer Escarlata
Leilah Waddell, concubina de
Crowley, en 1912, con la Marca de la Bestia marcada en el pecho (foto)
El mago ha buscado en vano a la
mujer escarlata que pueda ser compañera de vida y de magia. Por fin la halla en
su esposa, Rose Kelly, con la que llega a Egipto, haciéndose pasar por un
príncipe persa. Rose, la mujer a la que, según la leyenda, Crowley habría
forzado, era feliz con él.
A través suyo, el dios Horus, le
manda que entre en la sala de la Gran Pirámide a mediodía de los días 8, 9 y 10
de Abril de 1904 y que escriba todo lo que oiga. Crowley así lo hace y escribe
«El Libro de la Ley», un libro de inspiración divina y por tanto sagrado.
Crowley era el mensajero de su verdad trascendental: el ocaso de los dioses ha
llegado y una nueva época ha comenzado. El nuevo «eon» liberará al hombre a
través del conocimiento de su libro, la esencia de la ley será: «Haz lo que
quieras». Según este principio no hay ley por encima de la voluntad individual.
En 1920, Crowley vive de acuerdo
con el Libro de la Ley en el pueblo siciliano de Cefalú donde funda la Abadía
de Thelema con sus dos amantes y sus hijos, en la que recibe múltiples visitas.
«Haz lo que quieras» se concreta en una vida comunal en la que hay libertad
sexual, droga y magia.
A Cefalú llega un joven
especialmente dotado, Raoul Loveday, en el que Crowley cree ver su heredero.
Pero éste muere y el escándalo hace que Mussolini ordene la expulsión de toda
la comuna.
Se enfrenta entonces a una de las
épocas más amargas de su vida, de la que le salvará la O.T.O. (Orden de los
Templarios de Oriente) llevándoselo a Alemania. Durante el resto de su vida continuaron
acosándole y acusándole, suspendiendo la publicación de sus obras y cancelando
sus intervenciones públicas.
El 1 de diciembre de 1947, a los
setenta y dos años de edad, Crowley moría de una crisis cardíaca. Una edad
sorprendente para un drogadicto del que se decía que tomaba once gramos diarios
de heroína. Sus últimas palabras fueron: «Estoy perplejo».
Y En Los Años 60... Resucitó!
La Bestia había muerto y cuando
sus contemporáneos creían descansar de ella, sus nietos la subían a los altares.
Los Beatles incluyeron su foto en la portada de «Sargent Pepper's» bajo un
texto que decía: «Gente que nos gusta». Los Rolling Stones se inspiraron en él
para su elepé «Their Satanic Majesties Request» y especialmente en su canción
«Simpathy for the devil». Los hippies predicaban y practicaban el amor libre,
consumían drogas y vivían en comunas como él.
En California, algunos de sus
seguidores, como Manson, asesino de Sharon Tate, realizaban ritos satánicos. En
la década de los 70, David Bowie habla de Crowley en su álbum «Hunky Dory».
Posteriormente, grupos de rock duro como Iron Maiden están influenciados por el
ocultismo en sus letras y en las portadas de sus discos. Jimmy Page (Led
Zeppelin) incluye en una de sus canciones el lema del Libro de la Ley: «Haz lo
que quieras».
Sin embargo hay un hecho a favor
de Crowley: nunca pudieron probar nada contra él aunque lo intentaron. Basta
recordar que la sociedad victoriana en la que vivió, envió a Oscar Wilde a la
cárcel durante dos años por homosexual y le desterró hasta su muerte. Nada les
hubiera gustado más que hacer lo mismo con Crowley.
Thelema: El libro de la Ley
La historia de El Libro de la Ley
comienza cuando Aliester Crowley se casa con Rose Kelly, hija de un reconocido
pintor retratista Frederic Festus Kelly. Aleister Crowley y Rose Kelly estaban
de luna de miel en El Cairo, cuando Kelly sin tener conocimientos de ocultismo
ni interés alguno en ese tipo de temas, comenzó a sufrir estados de trance y a
decirle a su marido que "el dios Horus estaba tratando de entrar en
contacto con el. Se cuenta que para comprobar la veracidad de los mensajes de
Kelly, Aleister la llevó a un museo del El Cairo y le dijo que le señalara a
Horus, siendo testigo de como ella lo llevó a un monumento funerario de madera,
ilustrado con escenas mitológicas y jeroglíficos. Además, dicho monumento
conocido como "la estela de la revelación", tenía el número 666 en el
índice de piezas del museo.
Después, los días 8, 9 y 10 de
Abril (Cuyos días sumados dan 9, 8 + 9 + 10 = 27; 2 + 7 = 9, el cuál según la
numerología se considera el número para invocar al demonio) de 1904, entre las
12:00 p.m. y la 1:00 p.m. Aleister recibió de una entidad desencarnada llamada
Aiwass o Aiwaz un capítulo por día, realizando "El libro de la Ley" o
"Liber Legis" , donde expone la Ley de Thelema que consta de 220
versos. Pronto la ley de Thelema se convertiría en una nueva religión y ganaría
adeptos a lo largo y ancho del mundo. En relación al Liber Legis, un biógrafo
escribe: "En comparación con otros textos religiosos, se trata de un libro
corto y establece una ley simple, la ley de Thelema". Tras la publicación del
Liber Legis y de un diccionario cabalístico titulado Liber 777, Crowley tuvo
una hija que falleció a los dos años y se separó de Kelly para entregarse a una
intensa actividad sexual y a la fundación de la revista The Equinox y su orden
A.A. (Astrum Argentum). El Liber Legis supone la ley de Thelema para el Nuevo
Eón de Horus, que se dice que comenzó en 1904 con la recepción del texto,
reemplazando al Eón de Osiris.
Al final de su vida estaba en
bancarrota. Murió en una casa de huéspedes en Hastings Sussex, Inglaterra, el 1
de Diciembre de 1947, atacado por el asma que padeció a lo largo de gran parte
de su vida, que se había agravado en sus últimos años, en los cuales se había
dedicado a la publicación de sus libros y a soñar con el establecimiento de la
Ley de Thelema en el mundo. En la ceremonia de incineración a la que acudieron
algunos discípulos y amigos, se leyeron versos de los textos de Thelema, del
Liber Legis y también de su Himno a Pan. Según la enfermera que acompañaba a
Aleister Crowley en su lecho de muerte, sus últimas palabras fueron: "A
veces me odio a mí mismo".
La figura de Aleister Crowley ha
sido retomada por múltiples figuras del medio artístico, tales como John
Lennon, quien pondría el rostro de Aleister Crowley como uno de tantos en la
portada del álbum Sgt. Pepper's Lonely Heart Club Band, de los Beatles. Jimmy
Page, guitarrista de Led Zeppelin compraría Boleskine House, la casa de
Aleister Crowley.
No cabe la menor duda de la
influencia que representa la figura de Crowley para el reconocimiento del
satanismo y el allanamiento que su figura supone para la creación en 1966 de la
Iglesia de Satán por parte de Anton Szandor LaVey.
el dios orus no ahy te equivocas era otro, un sacerdote egipcio llamdo Aiwass, no orus todo esta bien, pero no fue orus el que dicto sino Aiwass
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